Por: Marah Pineda
Psicóloga
Hay un camino a tus pies, tu alegría es el mejor equipaje para recorrerlo. Cada año nos marcamos objetivos que muchos de ellos para el tercer mes ya han sido olvidados, porque fallamos en su planeación y ejecución.
La emoción de iniciar algo, es eso una emoción; para lograrlo requiere disciplina, determinación, constancia y esfuerzo, por lo que es importante plantearse objetivos que nos motiven a perseverar, sean retadores pero realistas y alcanzables.
¿Qué es lo que más nos hace fallar a la hora de configurar y conseguir los objetivos que nos marcamos?
No somos realistas. Marcamos metas que no se ajustan a lo factible.
Nos excedemos en la cantidad a la hora de marcarnos metas.
No somos claros en lo que queremos.
No hay una motivación real.
Nos falta un plan de acción.
Los propósitos de año nuevo son todas aquellas metas que quieres alcanzar durante los próximos 12 meses. Escribir una lista y orientarla al verdadero éxito es cuestión de técnica y seguir unas pocas pautas; también es importante que no olvides que va requerir cambios en algunos hábitos o formas de hacer las cosas y aprender a decir no.
¿Qué hago para establecer de forma correcta mis propósitos de año nuevo?
Lo ideal es que lo hagas desde el año anterior y evalúes que te gustaría mejorar, hacer o lograr el siguiente año.
Si iniciaste el año y aún no los estableciste, escribe una lista de cosas que te gustaría alcanzar.
Revisa tu lista y establece cuales de ellas serían a corto, mediano y largo plazo.
Analiza con que cuentas para comenzar y que haría falta.
Luego de evaluar estos aspectos básicos y sencillos establece en que te enfocarás, para ir alcanzando el mayor número de ellos.
Luego haz un plan de acción en el que anotes el objetivo, que requieres para alcanzarlo, que harás para lograrlo y la fecha que darás inicio y en la que esperas este cumplido, dando inicio por los de corto plazo.
Una vez establecidos colócalos en un lugar visible que continuamente te recuerde de lo que te has planteado alcanzar.
No debe ser una lista demasiado larga, procura tres a cinco objetivos, es más fácil escoger unos pocos y movilizar todos nuestros recursos para su cumplimiento, que una larga lista que finalmente olvidarás o te agotará alcanzarlos.
Siempre que marquemos un objetivo debemos hacerlo en función a la estrategia META: debe ser Medible, Específico, Tangible y Asequible. Es la forma correcta de asegurarnos que está bien formulado.
Es importante no solo tenerlo a la vista y recordarlo, sino también trabajarlo y evaluar los avances en su cumplimiento.
Debes, además, premiar cada paso alcanzado. Esto aumentará tu motivación y te empujará a la acción con un mayor optimismo.
No olvides revisar al final del año lo alcanzo y establecer los nuevos propósitos para el año siguiente.
Si al hacer la evaluación uno o más no se lograron, no pasa nada, ponlos de prioridad el siguiente año, evaluando que impidió que lo cumplieras, para que esta vez sí lo logres.
Tus propósitos giran en torno a ti y aquello que sí está en tu mano poder controlar. Céntrate siempre en todo lo que sí puedes cambiar o crear. Es ahí donde irán puestas las herramientas que te permitirán alcanzar lo que quieres. Ánimo, no es tarde, inicia ya.