top of page

La Soledad y el Mar

Por: Marah Pineda

Psicologa

Voy a navegar en tu puerto azul

Quisiera saber de dónde vienes tú

Vamos a dejar que el tiempo pare

Ver nuestros recuerdos en los mares

Y esta soledad tan profunda…

(Tomada Canción de Natalia Lafourcade)


Desde que nacemos somos seres sociales y dependemos de alguien para sobrevivir, ser alimentados y cuidados; por lo que sentirnos acompañados es importante y necesario;

la soledad no es solo el hecho de estar solo, sino también de sentirse aislado, aunque se esté rodeado de personas.


La pandemia puso de manifiesto esta experiencia, porque el aislamiento social afectó física y emocionalmente, especialmente a las personas que ya vivían solas, tampoco se puede negar que la virtualidad acentúa dicha situación, aumentando el riesgo de ataques cardíacos, derrames cerebrales, insomnio, abuso de sustancias, depresión y hasta la muerte.


Es importante tener en consideración que no es lo mismo estar solo que sentirse solo; sentirse solo es uno de los factores emocionales que más problemas provocan en las personas.


Pensemos cómo nos sentiríamos si no tuviéramos a nadie con quien compartir nuestras experiencias, conversar, salir al cine o realizar cualquier otra actividad y recibir el afecto de los demás.


Cuando nos sentimos solos es cuando la soledad no es algo que nosotros hayamos elegido y, por lo tanto, nos podemos sentir rechazados, despreciados o vacíos. Cuando nos sentimos solos se produce una discrepancia entre el número de relaciones que mantenemos y las que deseamos.


La soledad puede sentirse por varias razones entre ellas:

1. Comunicación fría e impersonal.

2. Vivir en grandes ciudades o lugares muy aislados.

3. Pérdida de un ser querido.

4. Separación, divorcio o soltería no deseada.

5. Déficit de habilidades sociales.

6. Edad.

7. Redes sociales.

8. Padres excesivamente protectores.

Pero también existe la soledad positiva es la experiencia de éxtasis que da sentirse dueño de los recursos cognitivos, físicos y existenciales que poseemos; es una sensación agradable de sentirse a gusto con uno mismo.


Con las exigencias y presiones de la vida, más que nunca, necesitamos de nuestra soledad positiva.


Estar solos nos da el poder de regular y ajustar nuestras vidas. Nos enseña fortaleza y habilidad para satisfacer nuestras necesidades. Devuelve energía, nos hace descansar de tantas tensiones; permite explorar lo escondido con nuestra curiosidad y aumenta el deseo de ser individuos con esperanzas de libertad.


Aprender a gestionar la soledad genera mayor creatividad, relaciones saludables, tomar decisiones, autoconocimiento, identificar las emociones, saber lo que se quiere o desea, viajar, programar vacaciones, procurar el bienestar físico y emocional, conciencia que no se está aislado y disfrutar la vida diariamente.


Disfrutar la soledad es tu decisión, pero no te aísles de los que amas y gustas hacer.




bottom of page