Por: Marah Pineda
Psicóloga
¿Reconoces esa frase? Parece inocente pero detrás de ella hay mucho que considerar.
Parece frase de un simple cuento, pero tiene que ver con un tema de actualidad como son los estándares de belleza que son impuestos por la sociedad o la cultura y cambiantes por las diferentes influencias, aquí abordamos un poco sobre los estándares o canon de belleza y sus efectos.
El canon de belleza (estándares) es el conjunto de características que una sociedad considera convencionalmente como hermoso o atractivo, sea en una persona u objeto. Es históricamente variable y no presenta patrones comunes en diferentes culturas.
“Los estándares de belleza son arbitrarios. La vergüenza del cuerpo existe solo en medida que nuestros físicos no coinciden con nuestras propias creencias de lo que debemos buscar” Martha Beck.
En los últimos años la influencia sociocultural asociada a la belleza está experimentando cada vez un mayor impacto, si bien hace unos años la presión en torno a cánones y estereotipos de delgadez promovidos por la televisión y revistas era los imperantes, en la actualidad con la revolución de las redes sociales esta influencia cobra una mayor huella en la población.
Esta práctica relacionada con ovacionar y ensalzar el aspecto físico genera una gran presión en las personas, promueve obsesión y en muchos casos la búsqueda irrefrenable por lograr el ansiado estereotipo a través de prácticas agresivas como intervenciones quirúrgicas, deporte extenuante o restricción alimentaria.
Estos comportamientos en muchas ocasiones se banalizan como prácticas “aparentemente sencillas de seguir y aptas para todos y todas”, sin embargo, su dificultad o incumplimiento se torna un problema para la persona comprometida en su desempeño.
La presión de estos estándares esta más acentuada para las mujeres, sin embargo, los hombres también se ven afectados, sin dejar de lado los niños, adolescentes y jóvenes que sufren más, ya que influye para que sean socialmente aceptados.
Sentirnos bien no depende de una perfección estética marcada por costumbres culturales. Es algo mucho más holístico que abarca otros tantos terrenos más allá del plano físico.
Sin embargo, llevar esta teoría a la práctica no siempre es tan fácil, sobre todo si nos rodeamos de imágenes de falsa perfección que pueden llevar a autoexigirnos un canon de belleza irreal. Lo bueno es que cada vez hay más corrientes y movimientos que abogan por romper estos estándares y se está apuntando a la teoría que “El nuevo canon de belleza es que no hay canon”
La psicóloga Marta Calderero, psicóloga y profesora de estudios de Psicología y Educación de UOC (Universidad Oberta de Catalunya) explica así las bondades que tiene este camino -aún queda por hacer- hacia la eliminación de estándares de belleza.
“La apuesta actual de la moda por eliminar el canon de belleza aporta grandes beneficios psicológicos porque facilita la potenciación de una belleza que ensalza nuestro atractivo personal y, a la par, reduce la insatisfacción con el cuerpo tanto en mujeres como en hombres.
Que no exista un canon ayuda también a que las conversaciones que tenemos entre nosotras relacionadas con el cuerpo y la belleza sean más positivas y sanas. Atrás quedó la ‘charla sobre la gordura’ o los comentarios sobre el peso. Ahora los diálogos son mucho más constructivos y refuerzan nuestro autoconcepto”, explica la experta.
La industria de la belleza ha satisfecho, y siempre lo hará, la necesidad humana de aspiración, fantasía y evasión. Puede ser divertido y hacer que la gente se cuide más, pero el mundo másdigitalizado, promueve entre los usuarios dificultades para sentirse lo suficientemente bien con su vida para poder disfrutar de la realidad, las relaciones y el éxito personal fuera de la pantalla.
Es evidente que estos estándares impuestos por la sociedad no son nuevos, datan de miles de años y sin duda a lo largo de la historia han ido cambiando, la diferencia hoy es que hay más acceso a través de las telecomunicaciones, el crecimiento y surgimiento de marcas que los promueven, es aún mayor; esto ha provocado también que muchos sectores luchen por no ser excluidos de estos estándares: sin duda alguna para bien o mal no se puede negar que afectan la autoimagen, autoestima y autoconcepto en las personas.
Es necesario que empecemos a tomar estos temas con la seriedad que esto amerita, pues son cuestiones que perjudican nuestra calidad de vida y salud mental de manera importante. Es urgente educar desde casa desde una perspectiva realista, así como, socialmente también tenemos la responsabilidad de eliminar dichas ideas de belleza impuestas.
No optemos por tratar de ser “perfectos” para los demás, no valemos más por ser delgados, altas o con curvas; todos los cuerpos son diferentes y cada uno cumple con funciones vitales que nos permiten vivir y desarrollarnos adecuadamente.
Aprender a amarnos, aceptarnos, cuidarnos es un buen principio; aceptar que todos somos diferentes, es un estándar. La imagen siempre será importante pero no podemos olvidar que el respeto, seguridad y confianza que se proyecta desde el interior es primordial. La belleza física abre puertas, pero solo la belleza interior garantizará el éxito.
“La elegancia no se define exclusivamente por lo que llevas puesto. Es la forma en que te comportas, hablas, piensas y te mueves.” Carolina Herrera.