El número de población siria considerada en riesgo de inseguridad alimentaria alcanza niveles máximos en la última década. En Siria, el coste medio de los alimentos ha sido, durante meses, el más alto jamás registrado desde que se inició el seguimiento.
Aunque el conflicto activo ha disminuido un poco en el último año, las necesidades en Siria superan la capacidad de las familias para hacer frente a la fuerte inflación y a una economía en dificultades.
Siria se enfrenta a una crisis múltiple e interrelacionada.
La hiperinflación significa que cada día los sirios pueden permitirse menos de lo que necesitan para sobrevivir. El poder adquisitivo de los sirios se está erosionando cada día, los bienes necesarios -agua, alimentos, combustible y electricidad- están fuera de su alcance. Los hogares gastan ahora una media del 50% más de sus ingresos.
Rusia y Ucrania están entre los exportadores de grano más importantes para Oriente Medio. Según informes de Naciones Unidas, el conflicto en Ucrania podría provocar una escasez de suministro de trigo a la región. Advierten que Siria ya ha reaccionado, entre otras cosas, racionando sus reservas de grano, pero que, al mismo tiempo, repercute en los precios de los alimentos básicos, como el pan o la harina.