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Capitanes de nuestra vida

Por: Marah Pineda

Psicóloga


La inteligencia emocional (IE), es un concepto que surgió en los años 80 gracias al psicólogo Daniel Goleman, la figura que popularizó este concepto.


Este tipo de inteligencia se entiende como la habilidad de identificar, comprender y regular las emociones propias y de los demás.


Durante las últimas tres décadas, muchos estudios han demostrado que ser emocionalmente inteligente significa gozar de una mayor salud mental y un mejor rendimiento, y por eso se aplica tanto en lo clínico y terapéutico, como en lo laboral, educativo y deportivo.


Existen dos tipos de inteligencia emocional:


1.       Inteligencia intrapersonal: es la habilidad que tiene una persona para conocerse a sí misma; conociendo a profundidad sus sentimientos, sus aspiraciones en la vida, sus fortalezas y sus debilidades.


2.       Inteligencia interpersonal: se refiere a la capacidad de comunicarse apropiadamente con otros; ello permite que una persona con esta inteligencia pueda actuar de la manera más efectiva dependiendo del contexto emocional de la otra persona.

Ambas inteligencias son parte de la teoría de las inteligencias múltiples, un modelo creado por el psicólogo estadounidense Howard Gardner, el cual fue publicado en el año 1983.


Elementos base en la inteligencia emocional:


1.       Autoconocimiento: es esencial que conozcamos nuestros sentimientos y emociones, y reconozcamos aquellos que aparecen por primera vez y que nos generan inquietud. Importante tener en cuenta que, cuando pasamos por una etapa psicológica inestable, debemos prestar especial atención a nuestra mente. Esto nos permite tener conciencia de nuestras actitudes y acciones de acuerdo a lo que experimentamos.


2.       Autocontrol: lograr un control sobre nuestras emociones y sentimientos nos permite reflexionar sobre nuestros pensamientos y acciones. Nos ayuda a no dejarnos llevar por impulsos (negativos y/o positivos), ni a tomar decisiones alocadas.  Autorregular nuestras emociones y sentimientos nos permite tener relaciones más saludables.


3.       Automotivación: Debemos enfocar nuestras emociones hacia el logro de objetivos, así como mantener la atención centrada en la meta y no en los obstáculos.


4.       Empatía: nos permite reconocer las emociones de los demás y, actuar teniendo en cuenta los sentimientos de otras personas.


Estos elementos nos ayudan en el manejo y desarrollo de nuestras habilidades sociales y relaciones interpersonales.


Características de la inteligencia emocional:


Son acciones presentes en una persona con alta inteligencia emocional

·         Reconocer las emociones propias.

·         Diferenciar las emociones que se perciben.

·         Entender los sentimientos propios y de los demás.

·         Gestionar las emociones.

·         Estabilizar las emociones.

·         Mirar en el interior propio para reflexionar en profundidad sobre las ideas y los sentimientos que se tienen en un momento dado.

·         Comprender la manera de pensar y actuar de sí misma.

·         Escuchar con atención a los demás para entender lo que desean expresar.

·         Expresar apropiadamente aquello que se desea decir.

·         Empatizar con otros.

 

Consejos para desarrollar tu inteligencia emocional:


·         Analiza tu comportamiento: revisa y analiza tus reacciones y actitudes en determinadas situaciones, si fue correcta o no, si te hizo sentir bien o incomodó a otros, aplica correctivos sobre las negativas y refuerza las positivas.

·         Controla tus impulsos: una reacción explosiva solo empeorará cualquier situación y relación. Procura calmarte, respirar, y pensar antes de hablar; hazlo con respeto y tranquilidad.

·         No te calles: expresa tus opiniones y sentimientos. Expone lo que piensas de forma tranquila, equilibrada y racional siendo fiel y sincero con lo que realmente sientes.

·         Confía en ti: cree en tus habilidades, talentos, capacidades y potencial para enfrentar adversidades y superar obstáculos; basándote en tus conocimientos y experiencia personal o de otros.

·         No dejes que te dominen las emociones: cuando la ira, inseguridad, miedo o tristeza te invadan, evita que te controlen, dominen o paralicen; procura enfocarte como puedes superarlo, haciendo algo que te haga sentir mejor y sea de beneficio para ti y quienes te rodean.

·         Desarrollar la empatía: ponernos en el lugar del otro es la mejor forma de entender su manera de actuar. Nos permite ser compasivos y tolerantes, evitando que sus actitudes nos afecten a nosotros; no significa ser permisivos.


La inteligencia emocional es una cualidad que se destaca por su utilidad en cualquier ámbito de la vida.


Ella te permite crear nuevas relacionales y fortalecer las que ya existen, solucionar conflictos, comunicar efectivamente, comprender contextos emocionales, empatizar con los demás, regular las emociones, tomar buenas decisiones, superar situaciones difíciles y trabajar apropiadamente en equipo.


Desarrollarla y practicarla te hará la vida más fácil.


“No olvidemos que las pequeñas emociones son los grandes capitanes de la vida y las obedecemos sin darnos cuenta”. (Vincent Van Gogh)

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