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Palmerola sinónimo de polémica

La Terminal Aérea Internacional Palmerola, que fue inaugurado en octubre de 2021, ubicado en las afueras de la ciudad de Comayagua, ha sido un tema de opiniones diversas, desde su aprobación en junio de 2016 en el Congreso Nacional.


La idea principal era reemplazar el Aeropuerto Internacional Toncontín, ahora nacional, que se encuentra en la capital Tegucigalpa, por su supuesta peligrosidad y poca capacidad para conectividad. asimismo, aumentar la infraestructura productiva de Honduras, transformarla en un Centro Logístico y de Transporte para la región centroamericana.


El propósito de abrir Palmerola como una base comercial, era albergar a 1,5 millones de pasajeros al año cumpliendo la normativa de la Organización de Aviación Internacional, y atraer más aerolíneas que faciliten destinos al extranjero a bajos costos, pero esto parece ser solo una idea para viajeros que utilizan dicha terminal, ya que, por el gasto de trasladarse desde la capital, donde sale el mayor flujo de pasajeros, cifras de los primeros meses de funcionamiento de la terminal apuntan que hubo un crecimiento de 46% de la cifra de viajeros en la zona central, consolidando así el inicio de sus operaciones.


La inconformidad se deriva del hecho que el itinerario de Palmerola es muy similar al de Toncontín, aunque en los últimos meses la concesionaria aeroportuaria ha inaugurado nuevas rutas, sin embargo, no las que se esperaban. A esto le suma el valor de los boletos aéreos que siguen siendo altos y más caros que los de la terminal Villeda Morales, ubicada en La Lima, Cortés, en la zona norte del país.


Por otro lado, se esperaba que la terminal generaría un crecimiento económico, poco creíble, aunque informes revelan que se ha disparado la ejecución de grandes inversiones superior a los 150 millones de lempiras solo en el 2022. Para este año 2023 se espera incrementar la cifra.


Se dice que otro beneficio del aeropuerto Palmerola, es que ha generado el aumento de la plusvalía de los sectores a su alrededor, ya que hay un enorme interés de la empresa privada para adquirir terreno en la zona, sin embargo, en la capital genero daños en la economía provocando perdidas millonarias debido al cierre de negocios lo que ocasiono también la perdida de empleo para centenares de hondureños.


La construcción del nuevo aeropuerto siempre fue buena, porque benefició a un sector de la población, pero por otro lado la polémica envuelve esta temática, ya que con su operatividad habría daños colaterales para otros usuarios principalmente los procedentes de la capital, que en el pasado su traslado era más rápido y accesible económicamente, todo lo contrario a la actualidad. Y no podemos dejar de mencionar a todo aquel que su fuente de ingreso dependía directamente del funcionamiento de Toncontín, entre ellos, carga maletas, canillitas, cambiadores de monedas extranjeras y lustrabotas.


Sin duda alguna, buscar el desarrollo siempre debe ser el objetivo de un gobierno tal y como se logró en Comayagua con la apertura de Palmerola de forma comercial. Pero de igual manera, se debió prevenir los daños que esto ocasionaría a Tegucigalpa en la parte turística y económica, ya que el impacto que ha generado tener la base de Toncontín de forma local, deja a la capital en un segundo o tercer plano siendo el centro político y gubernamental de todo el país y a título personal, considero que siempre se debió tener una base aeroportuaria a nivel internacional en el centro de Honduras.


Daniel Oquelí Herrera

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